Entrevista a Mª del Carmen de Portugal, experta en Protocolo y profesora colaboradora del Máster en Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la UOC

20 marzo, 2019
Fotografia de Maria del Carmen

Mª del Carmen Portugal es profesora colaboradora del Máster Universitario en Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).  Especializada en Protocolo y Ceremonial, es miembro de la Sociedad de Estudios Institucionales y de la Asociación Española de Protocolo. 

Dentro del ámbito en el que nos movemos, protocolo hace referencia a todo aquello que precisa de una ordenación. Por ejemplo, en el protocolo oficial podemos hablar de la prelación entre las autoridades y de los símbolos. O en el protocolo de la empresa nos referimos a la ordenación entre los cargos de la entidad privada.

En líneas generales, protocolo es orden. Y a este último sustantivo hay que sumarle el concepto de oficial. Es decir, desde un ámbito de estudio más estricto el protocolo es la ordenación que requieren los actos oficiales, una ordenación que está fijada por normativa. Por esta razón, solamente se puede hablar de protocolo en mayúsculas en el ámbito oficial, ya que es el único que tiene autoridad y potestad para aprobar leyes.

En este sentido, y siguiendo las enseñanzas de Francisco López-Nieto, el derecho de protocolo abarca las precedencias, los tratamientos, los símbolos y las ceremonias oficiales.

Sin embargo, el protocolo se hace extensible a otros ámbitos, como puede ser el empresarial, el social, el deportivo, el religioso, el cultural, etc. En definitiva, el protocolo está presente en todo aquello que requiere de una ordenación, prelación e identificación.

  • ¿Cómo crees que ha cambiado el Protocolo a lo largo de tu recorrido profesional?

No creo que haya cambiado, simplemente se está abriendo camino y recorriendo nuevos derroteros.

Mi primer contacto de peso con el protocolo fue en el año 2006, cuando inicié mis estudios de máster en esta materia. Es decir, relativamente cercano en el tiempo. Y a pesar de esta cercanía, ha habido muchos hitos: la creación del grado, el aumento de formación post grado oficial y la presencia cada vez más visible de profesionales de la materia en la sociedad. El protocolo siempre ha formado parte de las instituciones oficiales y privadas y su objetivo y finalidad no ha cambiado. Donde se está viviendo una revolución es en la concepción que la colectividad tiene sobre el protocolo y en la producción académica.

En el año 1999 sale a la luz la primera tesis sobre protocolo de la mano de María Teresa Otero Alvarado. A partir de este año las investigaciones sobre protocolo y ceremonial van en aumento. Sin embargo, comienza una verdadera explosión investigadora a partir de 2010 de la mano de Carlos Fuente Lafuente y el grado en protocolo. Actualmente se investiga el protocolo desde diferentes disciplinas: relaciones públicas, comunicación, derecho, historia, márquetin, antropología, sociología, etc. Por esto pienso que el protocolo no ha cambiado, sino que se está abriendo y expandiéndose.

«Donde se está viviendo una revolución es en la concepción que la colectividad tiene sobre el protocolo y en la producción académica.»

El protocolo no es importante, sino inherente a toda colectividad considerada como unidad. Esta comunidad, sus miembros, sus símbolos, sus actos o sus mensajes, debe ser tratada de tal manera que evite romper la unidad, esencia de la misma. Por ejemplo, un ayuntamiento es una corporación que trabaja al unísono con el objetivo de administrar un municipio. Y para conseguir que este objetivo sea real y efectivo, la corporación municipal no solamente debe trabajar externamente, sino que internamente deben relacionarse como si fuera un bloque sin fisuras. Y aquí es donde actúa el protocolo.

Dolores del Mar Sánchez González nos enseña que toda organización social precisa de un conjunto de normas de conducta de las cuales el hombre debe nutrirse, porque donde hay sociedad hay derecho, hay reglas que cumplir.

En este campo, en el de la organización de eventos, el protocolo actúa como en cualquier otro. Volvemos a lo de antes: ordenación, prelación e identificación.

Más que de protocolo, que se ciñe a la normativa a cumplir en un acto, yo hablaría de ceremonial, siguiendo las enseñanzas de María Teresa Otero. Es decir, hablaría del elemento espacio-temporal, del elemento personal y del elemento normativo. Trabajando estos tres aspectos se puede organizar cualquier evento.

  • ¿Nos puedes destacar las tres cosas más relevantes del libro que has publicado recientemente con la UOC?

El Libro de estilo del protocolo oficial y las relaciones institucionales recoge las normas en materia de redacción que hay que tener en cuenta en los documentos que son propios del ámbito del protocolo y de las relaciones institucionales. Hablamos de invitaciones, de saludas, de reglamentos o de manuales de protocolo.

Un profesional del protocolo, al igual que cualquier otro, no puede permitirse la negligencia de cometer faltas de ortografía o de sintaxis. Debe conocer y por supuesto aplicar las directrices de la Real Academia Española en materia de gramática y ortografía y, a su vez, debe conocer su lenguaje profesional propio.

Si en protocolo debemos velar porque se cumplan las normas, las costumbres o tradiciones, no menos importante es nuestro idioma. No nos podemos permitir el lujo de caer en incoherencias y frivolidades de algunos políticos o prescriptores de imagen. El desafortunado y famoso «portavoza» de Irene Montero, es un ejemplo.

Esta publicación recoge las normas de gramática y ortografía que el profesional del protocolo debe conocer y aplicar en sus documentos para que estos sean eficaces.

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